miércoles, 6 de abril de 2011

MASACCIO

Virgen con el Niño y Santa Ana

La Virgen y el Niño, con su volumen poderoso y posesión sólida del espacio por medio de una segura estructura de perspectiva, es una de las primeras obras atribuidas a Masaccio. Los ángeles, muy delicados en sus tiernas formas y colorido claro y dulce, pertenecen al pincel de Masolino, más gótico; el ángel en la curva superior de la derecha revela la mano de Masaccio. La figura de santa Ana está más deteriorada y puede juzgarse con dificultad, pero su mano, que parece explorar la profundidad del espacio pictórico, muy bien pudo ser invención de Masaccio. La Virgen con el Niño y santa Ana fue encargado en origen para la iglesia de san Ambrosio en Florencia. Según Vasari, «Se colocó en la puerta de la capilla que lleva al salón de las monjas».

La figura de Cristo es la de un niño pequeño, una presencia realista, más que un querubín gótico. Esta es también una de las primeras pinturas que muestran el efecto de la luz natural sobre la figura; es esta invención la que imparte el modelado de la forma tan característico de Masaccio, y que tendría una profunda influencia en la pintura del Renacimiento italiano.

Virgen y el Niño



Masaccio trabajó en colaboración con su hermano Giovanni y con Andrea di Giusto.
La pintura es el panel central de un gran retablo de 19 piezas que se ejecutó para la capilla del notario Giuliano di Colino en la iglesia de iglesia carmelita en Pisa, conocido como Políptico de Pisa, realizado en el año 1426 por Masaccio. El políptico constaba de 19 tablas. Junto a rasgos arcaicos, como el uso del fondo de oro, la principal novedad era que todos los paneles tenían un único punto de fuga, de modo que la composición resultase unitaria. En el siglo XVIII, el políptico fue desmebrado. Sólo se han identificado once paneles de este retablo, y están dispersos por cinco museos distintos.

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