miércoles, 6 de abril de 2011

Giorgione

La tempestad

En el inventario de la familia Vendramin figuraba como Mercurio e Isis. También ha sido identificado como un tema inspirado en el Polífilo de Francesco Colonna e incluso como El hallazgo de Moisés. Podría ser una escena de La infancia de Paris, o del mito de Paris y Enone, entroncado con la novela pastoril. Otras teorías afirman que se trata de un retrato del propio pintor y su familia.

Según el profesor italiano Salvatore Settis, la ciudad del fondo representaría el Paraíso terrenal, las dos figuras serían Adán y Eva con su hijo Caín. El rayo, basándose en la mitología griega y en la religión judía, representaría a Dios, expulsándolos del Edén. Las columnas rotas, por lo tanto, se referirían a a la mortalidad de los hombres como condena por el pecado original.

En cambio, según Waldemar Januszczak, se trata del mito de Deméter y Yasión, y el niño sería su hijo Pluto; el rayo, entonces, simbolizaría a Zeus. Este crítico lo argumenta, además, por la aparición en el cuadro de una grulla, símbolo de Deméter, en el tejado del edificio del fondo.

Marcantonio Michiel, que la conoció unos años después de su realización, la cita simplemente como El pequeño paisaje en lienzo con la tempestad, la zíngara y el soldado. Esto se relaciona con las teorías sobre que La tempestad es simplemente un escena alegórica o que Giorgione no tuvo intención de ceñirse a ningún mito.[1]

En la escena aparecen una mujer y un hombre

Venus Dormida


Esta influyente obra pintada con la técnica del óleo sobre lienzo se trata de una de las últimas creaciones de Giorgione, realizada hacia 1510. Posee las siguientes dimensiones: 108,5 cm de altura por 175 cm de longitud.
Su primera locación, según Rinaldi fue la Casa Marcello de Venecia.
Era considerada una "copia de Sassoferrato de un original de Tiziano" hasta que el crítico del arte italiano Giovanni Morelli la atribuyó correctamente a Giorgione. Actualmente se encuentra en la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde (Alemania).

La pintura retrata a una joven mujer desnuda, cuyo perfil parece acompañar al paisaje que le sirve de trasfondo. Giorgione ha puesto mucha atención al pintar ese paisaje, lo cual se hace notar en los detalles y los sombreados, de este modo la obra posee una exquisitez y un puro ritmo de línea y contorno. La textura de las figuradas telas en donde yace tranquilamente la diosa y el armonioso, bucólico paisaje, dotan a este cuadro de un justo equilibrio entre la placidez y la sensualidad.

La elección de una mujer desnuda al aire libre efectuada por Giorgione señala una revolución en la historia del arte y es considerada por algunos como el punto de inicio para el arte moderno.

La obra quedó inconclusa debido al fallecimiento del Giorgione, el cielo fue posteriormente acabado por Tiziano.

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